Hace algunos meses veníamos lamentando la dura sequía por la que atravesaba nuestro pueblo, lo que a su vez originó una ola de incendios forestales, muchos de ellos originados  por la desesperación de atraer las nubes. Hoy con dolor vemos el otro lado de la moneda, lluvias intensas en toda la zona norte del Perú que han originado huaicos, desbordes de ríos, inundaciones, familias damnificadas, inclusive la muerte muchas personas.

Se dice que las lluvias son consecuencia del fenómeno del niño, corriente de agua caliente  en el Océano Pacífico, las que al evaporarse generan lluvias torrenciales en la costa y sierra norte del Perú.

Vemos con mucha preocupación que los efectos de este fenómeno "natural" se intensifican con el calentamiento global del planeta, políticas de prevención y planificación, pero sobre todo con una educación deficiente en formar desde una política de conservación del medio ambiente. Poco o nada sirve decir en las escuelas -¡No botes la basura al piso! o llenar un cuaderno completo con conceptos difíciles de comprender. Creemos que es urgente pensar, desde la escuela, una nueva manera de comprender la vida en relación con la naturaleza. Necesitamos mostrar  que  la protección del medio ambiente se realiza desde nuestro actuar y reflexión cotidiana; por ello creemos en la necesidad de desarrollar proyectos concretos que implique poner en práctica lo aprendido, socializando el saber con la familia y comunidad. 

El proceso de reconstrucción del país, se convierte hoy más que nunca en un reto colectivo.