Cantándole a la vida

En la ECA también aprendemos a cantarle a la vida y poder disfrutar de ella. Esta vez buscamos una buena razón y nos planteamos el reto de entonar una canción  agradeciendo las amistades fraternas, los recuerdos y los buenos tiempos. Fue una grata experiencia de trabajo en equipo, constancia, aceptar al otro, pero sobre todo de armonía.

Nuestra gratitud al profesor Lizardo, su familia y  a Alfredo Mires, por ser el motivo y pretexto para cantar.

 

Ojos de cielo, ojos de cielo,

no me abandones en este vuelo

ojos de cielo, ojos de cielo

toda mi vida por ese sueño